Is. 58: 6- 11 Mat. 6:16-18
Quisiera decir que a todos nos gusta ayunar; pero eso sería tanto como mentir; porque no a todos nos gusta ayunar por lo que debemos motivarnos a practicar el ayuno como pueblo de Dios. La abstinencia de comida por motivos religiosos era requisito de la ley únicamente en el día de la expiación (Lev. 16:29-31; 23: 27-32). Cada persona tenía la libertad de optar por esta práctica (2º. Sam. 12:16, 21-23). Al regreso de la cautividad se establecieron cuatro ayunos para recordar los días del exilio (Zac. 7:1-7; 8:19) , mas tarde, el ayuno se incluyó en la fiesta de Purim (Est. 4:1-3, 15-17) Jesús aprobó el ayuno; pero hizo serias advertencias sobre su mala práctica (Mat. 6:16-18; 9:14-17)
EL AYUNO COMO AFLICCIÓN DEL ALMA Esd. 8:21; Sal. 35:13; Sal. 69:10
El deseo de afligir el alma es voluntario. Cuando el alma es afligida la carne se sujeta y entonces el Espíritu Santo tiene libertad de seguir trabajando en nuestras vidas, en nuestras acciones, es por eso que cuando se ayuna se debe tener en claro, que esta practica no es sacrificio, es ofrenda a Dios por sus bondades. Asi que entonces cada ayuno debe tener como parte de propósito la aflicción voluntaria del alma.
El deseo de afligir el alma es saludable. Por que en esta aflicción invitamos a Dios a que nos ayude, a que nos acompañe, a que nos moldee como El quiera, y en ese modeo de parte de Dios, salimos beneficiados, en todos los aspectos, ya que tenemos una mayor identificación con Dios que con nosotros mismos, porque estar identificados con nuestro yo, traé preocupaciones, enojos, contiendas, malas informaciones, aprichos, y estos a su vez traén como consecuencia enfermedades.
AL AYUNO PARA SANTIFICACIÓN Joel 1:14;
Entendiendo que es santificación. La santificación es apartamiento, ya que la palabra santo significa apartado. Entonces Dios es un Dios apartado de todo mal, y cuando nosotros ayunamos (como ya lo veíamos líneas arriba), afligimos nuestra alma como dice Joel 2:12, nos acercamos a ese Dios santo, nuestra alma obtiene mas identificación con el espíritu nuestro, y como en nuestro espíritu el Espíritu Santo hace morada, nuestra alma es santificada y nuestra carne se sujeta al deseo del Espíritu Santo. Entonces lo que Dios quiere no es que seas mogigato, o mogigata, que aparentes santidad en tu arreglo persona, la santidad debe estar implicita en tu actuar.
El ayuno te lleva a un genuino arrepentimiento. Cuando Jonas fe enviado a predicar a Ninive (Jonas 3:5) un pueblo cruel, cruel porque no conocía a Dios, Jonas se nego; pero como era un hombre santo, Dios lo orillo a ir, fue, enojado, pero fue, y cuando los de Ninive lo escucharon proclamaron ayuno y se arrepintieron de todas sus maldades, de toda su cruel manera de ser. Eso es lo que pasa cuando ofreces un ayuno agradable a Dios, el Espíritu redarguye en ti esa manera tan humana que tienes de ser, y te arrepientes, arrepentirse no es sentir tristeza y seguir en lo mismo, arrepentirse es sentir tristeza de Dios y dejar de hacer lo que estabas haciendo como este pueblo de Ninive.
La santificación te diferencia del grueso del genero humano. Esto es algo maravilloso; por eso Jesus exclamó: ustedes son la sal de la tierra (Mat. 5:13,14), son la luz del mundo, una luz que debe brillar bien fuerte. Así es que el ayuno agradable te lleva a ser una persona especial, apartada que provoca expetación en los que te rodean.
EL AYUNO AGRADABLE A DIOS
Que seas bondadoso con todos los demás. De nueva cuenta cuando abrimos nuestra Biblia en Isaías 58, nos encontramos con el asunto del ayuno demandado por Dios. Encontramos que que en el versículo 6 Dios nos demanda bondad para con los demás, que dejemos de ser crueles, con la lengua y los actos, que seamos bondadosos, eso no se logra de la noche a la mañana, eso se logra en una busqueda constante de Dios, siendo el ayuno una de las herramientas de las que podemos echar mano, siempre con la idea clara de que queremos obtener de Dios parte de su bondad.
Que seas generoso. Dios ha compartido con cada uno de nosotros tantas bendiciones que debemos aprender a ser como El, pero no podemos aprender si no hay quin nos enseñe, y el que eseñ no puede enseñar si no se lo permitimos. Jesús envió al Espíritu santo para que nos enseñara todas las cosas de Dios (Jn. 14:26), asi es que, entonces, nosotros no podemos ser generosos por nosotros mismos, necesitamos que el Espíritu santo nos enseñe, y le abrimos la posibilidad mas, cuando ayunamos; por que eso es lo que Dios demanda de nuestro ayuno, se generoso (Is. 58:7)
La oportunidad de logar todo esto la tienes al alcance de tus manos, tu decides si ayunas y como ayunas, obedece a tu pastor en lo que el te manda y enseña. Dios te bendiga
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