Bebe el agua de tu cisterna, y los raudales de tu propio pozo; ¿Se han de derramar afuera tus fuentes, y tus corrientes de aguas por las calles? sean para ti solo, y no para los extraños contigo. sea bendito tu manantial; y alegrate con la mujer de tu juventud, como sierva amada, y graciosa gacela, sus pechos te satisfagan en todo tiempo; y en su amor recreate siempre.
Proverbios 5:16-19
siguiendo con la temática anterior, de la potencia sexual masculina; ahora quiero decirles que el orgasmo femenino (orgamos es el climasx de una relación sexual), esta sujeto a la elaboración progresiva de un enorme carga psico-neuro-sensorial que es la condición unica de su producción. Es del hombre, de su actitud y el comportamiento de este que depende, en su mayor parte, esta elaboración. la potencia masculina recide precisamente en la aptitud para asegurar la plena expansión de la excitación erótica femenina hasta su terminación natural, que es el orgasmo. que esta centrado en la región pelvica, en el pene, en la prostata, y en las vesiculas seminales en los hombres. en las mujeres esta en el clitoris, en la vagina y el útero, este tiene una duración de diez a doce segundos.
Todo reflejo es una respuesta a un estimulo. La excitación erótica femenina no es mas que una largo y muy complejo encadenamiento de reflejos sucesivos, los cuales exigen, para producirse, las incitaciones convenientes. Si dichas incitaciones faltan o son insuficientes en cantidad, asi como en calidad, en intensidad o en duración, si cesan en un momento dado cuando el proceso esta en curso, es evidente que este se detiene al momento. Para esto el hombre debe estar enamorado profundamente de su esposa, para proceder con calma, paciencia y mucho amor para que la mujer sea una mujer saludable emocional y físicamente. Esto puede parecer un tanto prosaico, pues se podría decir que un pastor hablando de sexo es algo inconcebible. Pero prefiero que los santos lo oigan de parte de un pastor que de otra persona. Es por eso que la palabra dice: alegrate con la mujer de tu juventud; pero para gozarla, debes buscar su goce primero y ser gentil con tu esposa. He dicho